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Slow sex

  • Julia Mezzanin
  • 18 nov 2015
  • 4 Min. de lectura


A veces las parejas se acostumbran a tener relaciones sexuales de corta duración, adaptando el cuerpo y la mente a formas rígidas, o con escasas variantes. Las causas de tal grado de esquematización no solo derivan del tiempo de convivencia, del estrés y de la ansiedad que todo lo puede; también, y fundamentalmente, existe una dificultad para disfrutar, una internalización de la urgencia como un atributo subjetivo, una especie de impronta que dirige nuestras vidas en búsqueda de satisfacciones inmediatas. Hace unos años el movimiento Slow viene propagando el concepto de más lentitud en las acciones humanas como garantía de una mejor vida.Y el sexo está comprendido entre las conductas que más podrían benefi ciarse a la hora de darle tiempo y atención al placer. El Slow sex no es sexo tántrico (no es una disciplina oriental ni entrena el control del orgasmo), es una invitación a disfrutar del sexo otorgándole mayor calidad a la relación. Para que el cuerpo físico se convierta en cuerpo sensorial (que registre las sensaciones placenteras que se producen en él) se requiere de tiempo, detenerse en la acción (toco, soy tocado, y siento) y que el sexo no se li-mite a la genitalidad. Si bien es difícil hablar de un promedio de tiempo del acto sexual, existen algunas aproximaciones. El promedio mundial es 19,2 minutos. Si bien el argentino hace gala del cortejo amoroso (labia, pinta, seducción) y se vale del tiempo “real y virtual” para desplegar sus atributos, no sucede lo mismo en la cama. Allí se dirime la verdad de lo dicho durante la conquista (y hasta es posible sumar puntos) o se revelan las inseguridades y las mentiras.


La importancia del juego previo Los modos actuales en la cama ya no tienen la pe-netración como una meta imprescindible. Poco a poco, el juego erótico se incorpora con todo su poder como una fuente de placer y de conocimiento del cuerpo propio. Los sexólogos sostienen que toda relación erótica empieza mucho antes, cuando alguno de los dos, o varios empiezan a pensar o a fantasear en tener sexo. Así, se desplaza la supremacía del coito y se pone especial acento en la amplitud que debe tener el contacto en la relación. Muchos problemas sexuales aparecen como con-secuencia de la presión que ejerce cumplir con la norma de la genitalidad (basada en la procreación y no en el placer). La ansiedad por cumplir lleva a que muchos varones apuren la interacción eróti-ca. Para otros se da el “no innovar” la garantía de efectividad. Y en todos los casos el miedo a perder la erección será la condición de alerta para el varón y la pareja. #1 Explorar el cuerpo Parece básico, pero habla con tu pareja y proponle una noche diferente. Una noche en la que esté prohibida la penetración y tengas que darle placer de otro modo. Por ejem-plo, jugar con el aliento sobre la piel del otro, con las caricias, los mordiscos o explorar esas zonas de su cuerpo que nunca te atreves a tocar #2 Parar y hablar Cuando estes en mitad de la relación sexual, de-berás parar. Así conseguiras retrasar el orgasmo y algo mucho mejor: mayor confi anza. El hecho de poder parar en mitad de la faena para hablar con el otro, desnudos, mirándose a los ojos, nos hará alcanzar un nuevo nivel de confi anza mu-tua. Mientras, obviamente, no hables del tiempo, aprovecha para decir o preguntar aquellas cosas sexuales que no te atreves cuando no estás excita-da. ¡Habla de tus fantasías! #3 Prohibido usar las manos Para retrasar el orgasmo, no hay mejor idea que prohibir el uso de las manos. Parece una tontería pero es mucho más complicado y excitante de lo que parece. Con las manos fuera de juego, tendras que usar la imaginación y tardaras mucho más en llegar al orgasmo. #4 Juguetes sexuales Si les gustan los juguetes, ten a mano una selec-ción de ellos, para disfrutar de un coito duradero. Eso sí, intenta alejarlos de los genitales. Por ejemplo, un vibrador en otras zonas del cuer-po también puede ser muy excitante #5 Juega con los sentidos. Añade nuevos componentes en tus relaciones que los mantengan entretenidos y tengan que ver con los sentidos. Desde hielos sobre tu cuerpo o algoTips !sexcaliente en tu boca a aceites aromáticos o alimen-tos afrodisiacos. ¡Juega con los elementos! #6 Sube el nivel de erotismo. Para retrasar el clímax puedes probar con el uso de fantasías: utilización de lencería sexy que no dejarás tocar a tu chico, un sensual streptease, unas esposas para atarle a la cama... #7 Vendas para dos. Es muy fácil jugar a taparle los ojos al otro o ta-pártelos vos y que el otro lleve la voz cantante pero, ¿y si se vendan los dos? Puede ser muy divertido y sensual que ninguno de los dos vea al otro, ahí jugarás con las manos y labios y, sobre todo, esto los obliga a ir mucho más despacio y delicadamente. #8 Prueba nuevas cosas Probar cosas diferentes puede retrasar la eyacula-ción porque al hacer algo que no has hecho nun-ca, lo normal es que lo hagas despacio, con más cuidado y descubriendo si hay placer en esa prác-tica. Por ejemplo, masajes en los pies, en el ano o incluso un beso negro, pueden ser un gran modo de conseguir placer de forma diferente. #9 . Felación y cunnilingus Aunque no debes abusar de esta práctica si querés durar mucho tiempo, la felación y el cunnilingus serán grandes aliadas del placer sexual duradero. Es mejor que centrarte en el pene o él en la vagi-na, debes explorar las zonas de alrededor. #10 Fuera vergüenza Retarse ustedes mismos a ver quién dura más. Muchas veces terminamos rápido por vergüenza queremos que nos vea el cuerpo lo menos posible o, en su caso, a veces termina muy rápido porque se pone nervioso. Eso tiene que acabar. Hablar con él/ella y contarle cómo te sientes hará que tengas más confi anza y no te de verguenza


 
 
 

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