Sexo y drogas
- revistaoh
- 18 nov 2015
- 3 Min. de lectura

La sexualidad nos permite, entre otras cosas, disfrutar de una privilegiada comunicación de sentimientos y sensaciones con otra persona; es una fuente de placer y de bienestar con la que la naturaleza nos ha dotado. Cualquier elemento que interfiera entre la naturaleza y dos personas que deseen compartir su sexualidad difumina y distorsiona su óptima vivencia. El abuso y la dependencia de sustancias psicoactivas supone en la actualidad un gran problema y una amenaza para la salud. Entre las sustancias psicoactivas capaces de provocar dependencia destacan el alcohol, anfetaminas, alucinógenos, cannabis o marihuana, cocaína, nicotina, heroína.

El Tabaco
Algunas personas aseguran sentirse más rela- jados y sexualmente más seguras cuando fu- man, lo que entra en contradicción con la idea general de que el tabaco es nocivo para la po- tencia sexual. La nicotina es una sustancia que a bajas dosis tiene un efecto estimulante, por lo que aumenta la capacidad de atención, y disminye la tensión nerviosa. No obstante, son bien conocidos sus efectos adversos sobre el sistema circulatorio, esencial para una buena función sexual,porque generan en los hombres disfunción eréctil, así como pro- blemas de lubricación en la mujer. De hecho, la mujer que toma anticonceptivos hormonales, si es fumadora, incrementa el riesgo de padecer problemas circulatorios. A veces en la consulta sexológica algunas personas se quejan del malaliento (halitosis) o del olor a tabaco de su pareja, lo que puede afectar de forma se- vera al deseo sexual e incluso provocar un rechazo al encuentro.

El Alcohol Tiene inmerecida fama de ser un poderoso excitante sexual. Las investigaciones han constatado que, tanto en el hombre como en la mujer, sus efectos son negativos. En la mujer, incluso ingerido con modera- ción, difi culta la respuesta orgásmica. En el hombre, a partir de 0.5 gramos de al- cohol por litro de sangre, produce efectos de supresión de la erección. Asimismo, el alcohol debilita la efi cacia masturbatoria y disminuye el goce y la intensidad del or- gasmo en ambos sexos. Sin embargo, muchas personas ven el alco- hol como una sustancia que incrementa el funcionamiento sexual, visión justifi cada por su efecto desinhibidor. Disminuye el funcionamiento de niveles superiores del cerebro, lo que permite una mayor auto- nomía de centros inferiores, entre ellos los implicados en las respuestas emocionales. De esta forma las emociones se “liberan” por la atenuación del efecto controlador de los segmentos superiores cerebrales. El alcohol puede alterar el comportamien- to convencional facilitando la pérdida de control de algunas emociones y la desinhi- bición de conductas que se habían apren- dido a controlar en sociedad. De esta for- ma puede facilitar la aparición del impulso sexual, pero como también inhibe partes del sistema nervioso autónomo implicadas Shakespeare decía, sus efectos: “Provoca el deseo pero frustra la ejecución”.

La Marihuana Se ha investigado que si se utiliza la marihuana aisladamente se manifi esta un au- mento de placer durante el acto sexual. Hay quienes incluso se manifi estan como una droga afrodisíaca. El cannabis, que contiene unos 400 compuestos químicos, tiene efecto depresor y sus posibles efectos de relajación física, mental y de bienestar es probable que se deban a su acción desin- hibidora que, como con el alcohol, permite obviar prejuicios sociales y tabúes perso- nales. Quizá por esto algunas personas ha- blan de la utilidad de la marihuana para enfrentarse a la ansiedad asociada a situa- ciones relacionadas con lo sexual. Se han constatado casos de mujeres con disminución de la lubricación vaginal, lo que en ocasiones hace el coito más dolo- roso. Su consumo continuo suele conducir al desinterés por el sexo, disminuye los ni- veles de la testosterona (hormona sexual masculina), lo que se traduce en una falta de deseo así como en su desempeño, en- tiéndase por difi cultades eréctiles y de eya- culación en el hombre. También afecta la fertilidad del hombre, reduciendo la producción de esperma. A la vez que producen espermatosoides anóma- los. En la mujer, las difi cultades sexuales también son comunes, al igual que en los hombres es normal notar un desinteres a la hora de las relaciones sexuales, existe evidencia de que suprime la ovulación, facilita irregularidades en el ciclo mens- trual, puede causar graves alteraciónes en el embrión, el desarrollo fetal e incluso puede generar un aborto
Commenti